lunes, 24 de agosto de 2009

Revelan 100 mil mujeres abortan cada año en RD

El Nacional
22 Agosto 2009

Escrito por: Rafael P. Rodríguez

El tema del aborto ha desatado en el país una amplia controversia por los cambios que se pretendía introducir a la Constitución de la República

En la ardua vorágine pro y antiabortista no se ha dado el lugar que corresponde a los abortos ocultos y que no sólo hacen mayoría, sino que parecen desconocerse como realidad creciente.
Ocurren a la luz de embarazos indeseados, en razones económicas, divorcios inesperados, violaciones y otras circunstancias que signan sus procedimientos.
Ocurren en el país diariamente y se calcula su número en una cifra de seis dígitos, lo cual tipifica el desastre social.
No hay estadísticas totalmente confiables, no hay la admisión de esa realidad, no hay discusiones serias y la pasión se traga el problema en sus dimensiones reales, libres del dogma, de la Constitución y la sinceridad.
Pero se sabe que su número es, efectivamente, bastante alto a la luz del desorden ético social que hay.
Sin embargo, Coordinadora Nacional de Resistencia al Retroceso Constitucional afirma que cien mil mujeres abortan cada año y muchas de ellas mueren por hacerlo clandestinamente.
En República Dominicana, las complicaciones por aborto como causa de muerte representaron el 13 por ciento de las mujeres fallecidas, según estudios realizados por la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO 2007).
He ahí expuestas ante el espejo, que tiene incluso una imagen ideológica de por medio, al no mencionarse en las reciente discusiones como un mal de la pobreza y la marginalidad, dos realidades contrastantes y específicas.
La Coordinadora, que presenta a la artista Sonia Silvestre al frente de la reciente campaña, llama al Estado a proteger a las mujeres que abortan en condiciones letales y de gran riesgo.
Asimismo, exige una Constitución que proteja la vida de las mujeres sometidas a este riesgo.
Aunque ha experimentado una variación soterrada, aunque la mayoría de países de América Latina ya lo aprobaron desde los años 50 del siglo pasado y aunque no se ha dicho la última palabra, el debate sobre el aborto mantiene un pulseo de poder que no se detiene en la influencia religiosa y conservadora, radicalizada al efecto.
El gobernante Partido de la Liberación Dominicana, que hasta alcanzar el poder mantuvo las posiciones que en ese momento, años noventa todavía, se consideraban progresistas y de avanzada, se ha ido alineando en torno e influenciado por la iglesia católica.
Algunos de sus líderes le prometen a ese sector tradicional, que el artículo 30 de la Constitución, que condena todo aborto, incluso si se realizara para salvar la vida de la madre, se quedará como fue aprobado por los legisladores que estuvieron bajo gran presión eclesiástica, cuya influencia es temida por algunos políticos, sobre todo desde 1963 cuando colaboró medularmente para deponer al gobierno de Juan Bosch, el primer intento democrático de pos dictadura, y ayudó a mantener en el poder a Rafael L. Trujillo por tres infinitas décadas abiertamente autoritarias.
Casi todo el mundo conoce la existencia de las clínicas abortivas, sin excluir a las muchachas desesperadas por “salir de la barriga”, empobrecidas, ignoradas, marginadas en algunos casos por la misma familia y “fracasadas” por “haber dado un mal paso” en una noche de diversión descontrolada o por la condición de hijas de madres a su vez solteras.
Un Apunte
Estadísticas del 2008 del departamento de Delitos Sexuales de la fiscalía del Distrito Nacional advierte que:

-87 por ciento de las violaciones sexuales se producen contra niñas y adolescentes.
-10 por ciento de las mujeres entre 15 y 49 años en el país han sido violadas.

jueves, 20 de agosto de 2009

Penalizar el aborto es tortura, advierte la ONU

Por José Adán Silva

MANAGUA, may (IPS) - Por primera vez, el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas abordó este mes el caso de la penalización de toda forma de aborto en un país como una medida que violenta derechos humanos fundamentales. Ese país es Nicaragua.
El Comité, reunido en su 42 periodo de sesiones en la ciudad suiza de Ginebra, urgió al Estado nicaragüense a revertir la reforma legal que en 2006 penalizó sin excepciones el aborto voluntario, y demandó flexibilidad, en especial en casos de violación e incesto.
Fue el día 14 cuando el Comité contra la Tortura expresó “su profunda preocupación por la prohibición general del aborto”, contenida en varios artículos del Código Penal reformado en 2006 y puesto en vigencia en 2008.
El gobierno del sandinista Daniel Ortega no ha reaccionado hasta ahora sobre un pronunciamiento que vincula la prohibición del aborto terapéutico con la tortura.
Nicaragua se convirtió en 2006 en uno de los escasos países del mundo que castigan penalmente a las mujeres que se realicen un aborto cuando se trata de gestaciones fruto de violaciones sexuales o incesto, o cuando la vida de la madre corra peligro, los supuestos en que anteriormente era legal la interrupción del embarazo.

Chile, El Salvador y República Dominicana son los otros países latinoamericanos que penalizan el aborto inducido sin excepciones, a los que se unen Malta y Filipinas en el resto del mundo.
El Comité citó en su informe sobre la nación centroamericana que la prohibición del aborto para las víctimas de agresiones sexuales significa “una constante exposición a las violaciones cometidas contra ellas” y supone “un grave estrés traumático con el riesgo de padecer prolongados problemas psicológicos, tales como ansiedad y depresión”.
En Nicaragua el aborto terapéutico era legal desde 1893 y su prohibición fue posible por la unión a favor de los dos principales partidos políticos del país, el izquierdista y ahora gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional y el derechista Liberal Constitucionalista.
La penalización absoluta del aborto se produjo en plena campaña de las elecciones que devolvieron a la presidencia a Ortega en 2007. Las organizaciones de mujeres coinciden en que cálculos electorales llevaron al político a pactar la prohibición absoluta del aborto con la Iglesia Católica y otras confesiones cristianas.
Analistas coinciden en que el retorno al poder del ex guerrillero se facilitó por un pacto político-religioso con el cardenal Miguel Obando y Bravo, quien ahora preside una comisión humanitaria gubernamental, después de haber sido jubilado por el Vaticano como líder de la Iglesia Católica en el país.
Ortega gobernó Nicaragua entre 1979 y 1990, primero como miembro de la junta establecida por los sandinistas tras derrocar a la dictadura de la familia Somoza y luego como presidente. Entonces Obando y Bravo era uno de los líderes opositores.
El Comité encargado de registrar y denunciar los actos de tortura humana, instó al Estado de Nicaragua a reformar la ley y restablecer el aborto en situaciones de emergencia y cuando medie la violencia de género.
“El Comité urge al Estado Parte a que revise su legislación en materia de aborto, tal como fue recomendado por el Consejo de Derechos Humanos, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”, dictó en su informe.
En concreto propuso al país estudiar “la posibilidad de prever excepciones a la prohibición general del aborto para los casos de aborto terapéutico y los embarazos resultantes de violación o incesto”, y así cumplir las directivas de la Organización Mundial de la Salud.
El Ministerio de Salud, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, el Instituto Nicaragüense de la Mujer y el Consejo de Comunicación y Ciudadanía que desde la Presidencia administra la esposa de Ortega, Rosario Murillo, declinaron comentar a IPS el pronunciamiento del Comité.
La Curia Arzobispal en Managua dijo a IPS que la postura de la Iglesia Católica respecto al aborto es inalterable.
El no gubernamental Movimiento Autónomo de Mujeres, participante destacado en la lucha por la despenalización del aborto terapéutico, consideró que el pronunciamiento del Comité contra la Tortura es “una condena internacional contra Nicaragua”.
“El Comité ha señalado que la penalización total del aborto, sin dejar excepciones, violenta el status legal de las mujeres, al no permitirles salvar su propia vida o disminuir los riesgos en su salud física o psicológica”, señaló a IPS Juana Jiménez, dirigente de la organización.
Jiménez dijo que el órgano rector internacional da la razón a las mujeres organizadas del país que denunciaron la reforma legal como una imposición por motivaciones políticas y “una contradicción con los pactos de derechos humanos y las convenciones específicas en materia de reconocimiento a los derechos de las mujeres”.
El Movimiento Autónomo fue una de las organizaciones que envió sus consideraciones al Comité contra la Tortura, con el argumento de que la ley que penaliza el aborto terapéutico “contiene todos los elementos de la tortura determinados en el artículo 1 de la Convención contra la Tortura”.
Desde que se aprobó la penalización total del aborto, decenas de organizaciones de mujeres, médicas y de derechos humanos demandaron también la reversión de la norma ante la Corte Suprema de Justicia.
Pero el caso está paralizado en el máximo tribunal del país, critican los demandantes.
Finalmente, en abril, el vicepresidente de la Corte Suprema, el magistrado Rafael Solís, anunció un anteproyecto de sentencia que revertiría la reforma antiabortista, en respuesta a las demandas de la sociedad civil.
El anuncio formaría parte de un nuevo cambio en las relaciones de Ortega con la jerarquía católica, con la que está ahora fuertemente enfrentado. La Iglesia acusa a Ortega de fraude en las elecciones municipales de noviembre de 2008 y el presidente replica rodeándose en público de imágenes católicas y proclamándose como el “cumplidor” de los designios divinos para “el pueblo”.
Sectores feministas interpretan el anuncio de la Corte Suprema como una amenaza a la jerarquía católica si sigue con sus críticas a los resultados electorales, y no como una voluntad de impulsar una sentencia que reponga el derecho parcial al aborto.
El magistrado de la Corte Suprema, Sergio Cuarezma, cercano a la oposición liberal, confirmó a IPS que no existen proyectos de sentencia favorables a restituir el aborto terapéutico. Pero no se pronunció sobre el dictamen del Comité.
“En la Corte Suprema de Justicia se encuentran dos recursos de inconstitucionalidad, uno, en contra de la ley del 2006 que deroga el aborto terapéutico del Código Penal antiguo y el otro en contra de la ley del 2008, Código Penal vigente que no contempla dicha figura”, informó.
Cuarezma precisó que hay 72 recursos interpuestos contra la disposición legal y que la población y los recurrentes deben saber que “no hay proyecto circulando, pero sí voluntad de resolverlo”.
La administración de Ortega ha sostenido desde su ascenso al poder en 2007 una relación conflictiva con las organizaciones feministas y las organizaciones no gubernamentales de la sociedad civil, a las que acusa de ser “agentes del imperio” y de “conspirar” para derrocarlo.
Para la activista Jiménez, las autoridades deberían cumplir las recomendaciones del Comité rápidamente “porque ser señalados de estar cometiendo tortura contra las mujeres, que representamos más de la mitad de la población nicaragüense, implica el riesgo de ser calificado internacionalmente como un Estado violador de los derechos humanos”.
La Convención que da vida al Comité reconoce como tortura “todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido”.
Además considera tortura el acto de castigo físico o mental para intimidar o coaccionar “por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia”.
“La ley contra el aborto terapéutico es una tortura. Causa dolor y sufrimiento, fue impuesta con motivaciones específicas, refleja el propósito de intimidar y coaccionar a mujeres y médicos, como trata de imponer una creencia religiosa a costa de la salud, aun cuando el país es laico según la Constitución, y es infligida como política de Estado”, denunció Jiménez. (FIN/2009)

http://nosotrasdecidimos.org/?p=1714

Sacrifican embarazo; Mellizos ponían peligro la madre

19 Agosto 2009
Escrito por: Manuel Espinosa Rosario

El Nacional

SAN JUAN DE LA MAGUANA.- Médicos del Centro Medico Anacaona sacrificaron un embarazo de mellizos de 28 semanas, que ponía en serio peligro de muerte a la madre al detectarle hidropesía fetal. que convirtió a una de las criaturas en un pequeño monstruo de 5 libras y media de peso.
Aunque el otro bebé nació vivo, de apenas una libra y media, murió horas después en el centro médico, informó el ginecólogo-cirujano, doctor José de la Cruz Acosta Luciano.
La dirección del Centro Médico Anacaona mantiena la identidad de la parturienta en el anonimato, para “evitar la curiosidad de la gente”.
La hidropesía fetal provoca un edema grave, (hinchazón) en el feto y en el recién nacido, existiendo dos tipos, el inmune y no inmune, según lo explicó el doctor Acosta Luciano.
Consultado sobre las consecuencias futuras de la madre, si no se le hubiese practicado la operación cesárea de emergencia, apenas con 28 semanas de embarazo, 7 meses, el doctor José Acosta Luciano advirtió que “eso era una muerte segura”.
Para el doctor Acosta Luciano, este “caso debe poner a reflexionar a la jerarquía de la Iglesia Católica, a los asambleístas que conocen la nueva reforma a la Constitución de la República y a otros sectores que se oponen el aborto terapéutico.
La hidropesía se desarrolla cuando una cantidad excesiva de líquido sale del torrente sanguíneo e ingresa a los tejidos.
Este trastorno puede ser ocasionado por diversas enfermedades y complicaciones, entre las que se incluyen, “hidropesía inmune”, dijo el médico.
En peligro
La madre de 26 años habría muerto en caso de que los médicos hubiesen esperado los nueve meses normales para el desarrollo del feto.
Los especialistas aseguran que en los casos de hidropesía fetal el útero revienta y generalmente causa la muerte.

Comisión Salud diputados pide suprimir de artículo 30 “desde el momento de la concepción”

19 de Agosto del 2009
Listín Diario

Santo Domingo.- La Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, pidió hoy que se deje el artículo 30 de la Constitución como originalmente está redactado, “es decir, que se suprima de la propuesta la frase desde el momento de la concepción”.
Víctor Terrero, presidente de la Comisión Permanente de Salud de la Cámara de Diputados, reiteró su posición y expresó su pesar por la decisión que pudieran asumir algunos legisladores a la hora de votar por el artículo 30, ya que de aprobarse, quedaría prohibido en el país la Fertilización In Vitro.
Dijo que ese método ha permitido que numerosas familias, hayan procreado. Sostuvo que también se prohibirían las pastillas anticonceptivas, entre otras medidas.
Terrero, sostiene que ningún legislador debe asumir una posición pensando sólo en defender una curul en la Cámara de Diputados. “Quien vote por el artículo 30 está votando en contra de la mujer”, aseguró.
De su lado, el gineco-obstetra José Figueroa Méndez plantea que el citado artículo diga “el derecho a la vida es inviolable. No podrá establecerse, pronunciarse, ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte”.
El doctor Méndez, es poyado por los doctores Alejandro Paradas, Luis Ramón de Jesús Nova, Francisco Abreu, Luis Disoné y José Rafael Delancer.
“El sentir de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (SDG) es que si eso se aprueba en segunda lectura, el país continuará exhibiendo altas tasas de morbilidad y mortalidad materna y el ejercicio médico se verá afectado al momento de que el galeno decida entre salvar la vida de una mujer o exponerse a ser sometido judicialmente por salvarla”, indicó.

Hipólito favorece que modifiquen artículo 30

diariolibre.com 16-08-2009
Santo Domingo.- El ex presidente Hipólito Mejía está de acuerdo con la modificación al artículo 30 de la reforma constitucional, para que se permita el aborto terapéutico, ya que a su entender, es una manera de salvar vidas, aunque lamentó que este tema sea objeto de discusión constitucional.

Mejía manifestó que no está de acuerdo con el libertinaje y la realización del aborto por que sí, sino cuando hay razones de peso y se encuentre en peligro la existencia de la madre o del niño por nacer o de ambos, ya que esto constituye también un derecho a la vida, que no le debe ser negado a nadie.

El ex mandatario produjo sus declaraciones en Jarabacoa durante un recorrido que realizó el fin de semana por la región del Cibao.

Trascendencia de artículo 30

18 de agosto 2009
Escrito por: Susi Pola
(susipola@gmail.com)

Si una gran parte del Congreso de nuestro país, encuentra factible que sus titulares pasen años sin asistir a las sesiones obligatorias, aún así cobren por no trabajar hasta nueve millones de pesos y por encima de eso, desechen la demanda judicial incoada contra la práctica de uno de ellos, es verdad que casi no tiene sentido hablar mucho. Y menos cuando el pueril alegato es que “la figura no está contenida en el Reglamento de la Cámara”.

Igual que cuando el Senador de San Pedro de Macorís, auto asumido itinerante, reafirmó su conducta en la infracción, esa vez con la anuencia de sus análogos de partido y de “trabajo”, se rio –como a él le gusta hacerlo- de la ciudadanía y volvió para su domicilio permanente en Nueva York, después de haber delinquido contra tres mujeres dignas.

Lo mismo que cuando familiares de los/as congresistas, a veces hijos/as, se descubren en crímenes, hasta de narcotráfico, y no pasa nada; cuando negocian, venden y compran, las mejores influencias a su favor y en ocasiones, a la de sus partidos; cuando solapan, esconden, disimulan y hasta fingen en nombre del dinero, la posición y otras ventajas personales.

Sin embargo, a la ciudadanía no le queda más remedio que examinar, razonar y argüir –que de eso trata la democracia- para ver si finalmente, el Congreso entero entiende que es por el pueblo que trabaja. (Eso pasa por haber permitido que se “cualquierice” la política, desde los partidos hasta los poderes políticos).

Si se pudiera hablar de tres partidos, dos de ellos antes caracterizados por idearios vanguardistas y hasta atrevidos, solían negar en general, los postulados fundamentalistas y en particular, aquéllos contrarios a los derechos de las mujeres, proclamándose en la línea del socialismo democrático.

Si el artículo 30 se estableciera tal y como está en la propuesta de Constitución dominicana, además de no respetar a la mayoría de este país, el Congreso que lo favorezca caerá en la desgracia de un Estado que permite la ingerencia del anacronismo religioso y absurdo, en las decisiones políticas del país. El Congreso dominicano, debe entender el tamaño del problema y la respuesta del pueblo sentenciando la necesidad de no constitucionalizar el aborto y si discutir su despenalización parcial, en el proceso de reforma penal.

La última encuesta Gallup-Hoy, encontró el 73% de la ciudadanía, cree que esta práctica debe estar regulada por el Código Penal o por el Código Sanitario y sólo el 14% favorece que sea regulada por la Constitución de la República. Mientras que el 80% afirma de que una mujer puede abortar cuando su vida está en peligro.

El pueblo lo dice, el Congreso ejecuta.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Ambiguedades en la hegemonía católica :: CLAVE digital

Ambiguedades en la hegemonía católica :: CLAVE digital

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Tahira Vargas
12 de agosto de 2009

La sociedad dominicana es predominantemente religiosa pero mantiene una disociación entre sus discursos religiosos y su cotidianidad.

La religión católica tiene una fuerte presencia en el 64% de la población dominicana que se ubica en esta religión (ONE, 2002).

Esta alta adherencia a la iglesia católica es totalmente ambigua porque no marca totalmente el accionar cotidiano de la mayoría de nuestra población

En la encuesta Gallup 2009 se presenta que el 80% de la población acepta que la mujer puede abortar cuando está en riesgo su vida. Esto indica una altísima aceptación del aborto terapéutico y una alta aceptación de que la regulación de la práctica debe pasar al código penal o sanitario (73%) contra un 14% que considera que debe aparecer en la constitución.

Estas afirmaciones se contradicen totalmente con los planteamientos de la jerarquía de la iglesia católica que se ha mantenido firme en impulsar que el congreso apruebe el artículo 30 (ya aprobado en una primera lectura) que implicaría la prohibición del aborto terapéutico.

En otros ámbitos de la vida social encontramos contradicciones con la iglesia católica mostrándose una hegemonía ambigua y sobre todo frágil en la vida cotidiana. Estos aspectos son:

a) Presencia de creencias y actividades del vodu dominicano conviviendo con las actividades católicas en los mismos grupos. Muchas personas que asisten a misa y son líderes de comunidades parroquiales también tienen sus altares y realizan celebraciones de vodu dominicano para promesas, casos de enfermedad y con motivo de algún santo-misterio del que son servidoras.

Esta dual relación entre servidores de misterios y su liderazgo en la iglesia católica no resulta contradictoria para una gran parte de la feligresía. A pesar de los cientos de años de condena y sanción al vodu dominicano por las jerarquías católicas este no ha desaparecido sino por el contrario convive en el sincretismo religioso dentro de la misma iglesia.

b) Predominio de las uniones consensuales por encima de los matrimonios religiosos.

En ENDESA 2007 encontramos que el 41.9% de las mujeres y el 35.8% de los hombres estaban unidos, mientras que solo el 14.8% de las mujeres y el 13.8% de los hombres estaba casado (aquí se incluyen matrimonios civiles y religiosos). Los matrimonios católicos han sido y son una minoría en la población dominicana y no han valido las sanciones y presiones de la iglesia en este sentido.

c) Establecimiento de la necesidad de un estado laico. A pesar de que se establece que la religión oficial en nuestro país es la católica esto no es aceptado por la mayoría de la población que en la encuesta Gallup considera (53.4%) que el estado dominicano no debe tener religión oficial contra un 31.6% que considera que debe ser la religión católica la oficial. Esta es una expresión de que hay un sentimiento mayor hacia un estado laico que a un estado donde predominen las directrices de la iglesia católica (como ocurre actualmente).

Todo este panorama de ambigüedades nos muestra que la iglesia católica no tiene una hegemonía fuerte en las decisiones ni en la vida cotidiana de nuestra población. Si bien tenemos una población mayormente católica en términos “nominales” su accionar no lo es sino que se inclinan a posiciones y actitudes más duales en su vida cotidiana.

La lectura de ambigüedades y brechas entre el discurso y la práctica debe servir como plataforma para la toma de decisiones de nuestros legisladores y funcionarios en el momento de impulsar políticas públicas y leyes en las áreas de salud sexual y reproductiva y que tocan las relaciones de género. Seguir subordinados a las directrices de la jerarquía católica los aleja de la realidad social, del imaginario de las mayorías y por supuesto de sus votos.